The Mystery of The Pink Flamingo
THE MYSTERY OF THE PINK FLAMINGO
El icono Kitsch
Por Laura Martínez
Hablamos con Javier Polo, director de la película-documental sobre los misterios de la iconografía de este particular ave rosa. Un animal que aunque rara vez se deja ver, está por todas partes. La cinta se ha estrenado en salas de cine por todo el país, toda una heroicidad en tiempos de pandemia.
Un flotador en la playa, el jarrón que te regaló tu madre por navidad, el mechero que alguien te presta cuando pides fuego a la salida de un bar…a priori todas estas cosas no tienen nada en común pero si te fijaras en ellas, si te fijaras bien, descubrirías que tienen forma de flamenco, dibujos de flamencos, o cualquier cosa relacionada con un flamenco: Su pico, sus finas patas doblándose al revés, su plumaje rosado. Está ahí, te acecha. La fiebre del flamenco rosa lleva persiguiendo al mundo más tiempo del que podemos recordar y por fin alguien hace algo para descubrir qué significa toda esta locura.
Javier y Guillermo Polo –Los Hermanos Polo– han emprendido un viaje de costa a costa por EE.UU, el país de la excentricidad, del Kitsch. Seguramente el origen de esta obsesión y el lugar donde concluirá (o no). Miami, Las Vegas, Chicago o L.A, han sido los dispares escenarios que han recorrido los Polo buscando el sentido del Pink Flamingo. Cuando le pregunto el porqué de esta temática, Javier lo tiene claro “Yo no elegí al Pink Flamingo, el Pink Flamingo me eligió a mí, como le sucede a Rigo en la película. No tuve escapatoria, se convirtió en algo inevitable y el único remedio para curarme de esa fiebre fue hacer el film, literalmente”.
La búsqueda de personajes enamorados de la figura del flamenco rosa fue de las cosas que el cineasta recuerda como más gratificantes, el factor humano. Todos ellos acompañan al protagonista, Rigo Pex, (Meneo) al que Javier describe como “músico, performer, demonio de Tazmania, presentador de Radio 3 y agitador cultural por ese orden”. Rigo está guiado en su búsqueda por el actor y director obsesionado con el Kitsch Eduardo Casanova, el pintor y muralista alicantino Antonyo Marest, el siempre irreverente cineasta de culto John Waters o la gurú musical Allee Willis, compositora -entre otros muchos hits- de temas como “September” de Earth, Wind and Fire, que nos dejó en 2019 a causa de un fallo cardiaco.
Javier se emociona al recordarla: “una mujer homosexual que nació en Detroit en el 47 y se involucró con la comunidad afroamericana y la música de la Motown….toda una artista en el sentido más amplio de la palabra y una persona admirable, valiente y pionera siempre, que nos regaló la mejor entrevista para cerrar el film”. A pesar de la meticulosa selección de personajes Javier reconoce que se les quedó una espinita clavada con el cantante de Electric Six, Tyler Spencer, con el que finalmente no pudieron cuadrar la entrevista y admite que lo más difícil fue hacer recortes a John Waters porque “Todo lo que salía de su boca era oro puro”.
A estos hermanos valencianos, la afición por el cine les viene de casta; una madre que les llevaba a ver pelis de Tarantino a la tierna edad de ocho años y un padre que les inculcó el cine clásico de los Hermanos Marx, Kubrick o Woody Allen. “Siempre teníamos largos debates y charlas sobre las películas. La verdad es que hemos sido unos privilegiados por descubrir tanto cine desde muy jóvenes, así que fue una consecuencia muy natural para nosotros acabar dedicándonos a esto”. La predilección por los colores pastel y la estética colorista, tan presente en la película y protagonista de nuestros hoteles Paradiso, Tropicana y Cubanito –donde se rueda una parte- se lo deben a grandes referentes como Wong Kar Wai, Wes Anderson o Almodóvar.Lo próximo de Los Hermanos Polo será “Pobre Diablo”, una comedia de humor negro que esta vez dirigirá Guillermo, sobre un escritor frustrado que ha de viajar con el cadáver del pieza de su hermano desde Asturias a Benidorm para cumplir así su último deseo. Imaginación no les falta.