Swing yo hips
Se acercaba el fin de los maravillosos años 20 en Estados Unidos y con él, nacía una nueva manera de moverse y de dejarse llevar por las vertientes que iban surgiendo del jazz. La más próspera de esas vertientes fue lo más parecido al Rock’n’roll de aquella época: El swing, que revolucionó las salas de baile, explosionando en la década de los 30 con su ritmo endiablado entre batería, piano, guitarras y trompetas.
Nueva Orleans, 1930. Louis Armstrong y Bessie Smith capitaneaban el llamado ‘Jazz Swing’, la música popular americana que se tocaba a todo trapo en el Storyville, el place to be del momento donde se dejaba ver todo aquel que quería pasar un buen rato. Una especie de Club del mal donde se permitía todo lo que no estaba bien visto y donde músicos blancos y de color desafiaban lo cánones establecidos y enloquecían a los asistentes con nuevas formas de hacer música. Storyville era un oasis en medio de una sociedad totalmente dividida por los conflictos raciales, un lugar donde olvidarse de los problemas a golpe de caderazo.
Otro que tampoco deja a nadie indiferente con sus elecciones automovilísticas es Quentin Tarantino: El Volkswagen Ghia descapotable de ‘Kill Blill vol.2’, El Pontiac Lemans de ‘Reservoir Dogs’, el Mustang Grande de ‘Death proof’, el Chevrolet Chevelle de Pulp Fiction…Y podría seguir todo el día. Uno de los más recientes, ha co-protagonizado ‘Érase una vez en Hollywood’ junto a Brad y Leo: El Cadillac Deville blanco del 66. Quizá te suene de otra cinta del director, ya que también fue conducido por Michael Madsen en Reservoir Dogs. Madsen es además el dueño de la superestrella automovilística y un loco de los clásicos, que no dudó en prestarlo para la película y restaurarlo, aplicándole una nueva capa de pintura y cambiando la tapicería.
buenos vaqueros.
El Swing traspasó las barreras multi instrumentales y se convirtió en un baile con múltiples variables. Una especie de evolución del Charleston de los 20 que comenzó con el Lindy Hop, una forma más abierta e informal de bailar en pareja gestaba en el barrio de Harlem.
La rapidez y la agilidad -además de llevar el ritmo en el body- son requisitos fundamentales en esta disciplina para bailarines intrépidos que fue el baile popular por excelencia hasta los 50 y que podrás aprender a bailar al más puro estilo americano en nuestro querido templo para Lovers & Sinners: Romeo’s Motel & Diner. Ladys, Sacad del armario vuestros vestidos y faldas con más movimiento y Gentleman, a remangarse la camisa porque vais a moveros más que Little Richard en una performance de ‘Lucille’. El swing se baila en pareja así que ve buscándote una…¡A mover esas caderas!