Palm Springs
El icono mid-century
Por Laura Martínez
Probablemente hayas visto la serie Mad Men y recuerdes aquel capítulo en el que el inclasificable Don Draper se va de vacaciones con sus hijos y su secretaria Megan, quien tras el viaje termina siendo la señora Draper. En dicho capítulo hay una escena en la que aparecen todos juntos jugando en una piscina escoltada por las inconfundibles montañas de Hollywood y palmeras rollo Venice Beach; si pienso en Palm Springs, me viene esa imagen a la cabeza. La estética de mediados de los 60 y 70 tiene una personalidad elegantemente natural que cuando se recrea así de bien en pantalla, dan ganas de meterse en ella. Qué forma tan cool de vestir, de peinarse y maquillarse, de actuar, de fumar y beber…
El fotógrafo Slim Aarons-especialista en capturar los momentos de gracia de la high class -definió el joie de vivre de Palm Springs a las mil maravillas: “Gente atractiva haciendo cosas atractivas en lugares atractivos” Pues eso.
Palm Springs no es sólo una localidad en el desierto californiano. Es un icono que lejos de haberse quedado en un simple recuerdo añejo de Hollywood, goza de una segunda juventud envidiable, como ya pasó con los vinilos, los pantalones de campana o Raphael.
Uno de los embajadores de esta estética que ha aportado y mucho a la conservación de un lugar con identidad propia como pocos, es Donald Wexler; arquitecto clave en el diseño de mediados del S.XX, el llamado “mid-century”. Wexler es considerado el padre del modernismo desértico. ¿Los elementos? paleta de colores neutros, madera natural como principal protagonista, celosías tanto en exterior como en interior, estancias a dos alturas, formas geométricas y un aura de futurismo contenido, de ese que nunca pasa de moda.
Gary Johns, responsable de la “Modernism Week” -feria que cada año acoge todo tipo de obras de arte de los 50, 60 y 70- cuenta que hay una nueva corriente generacional que ha descubierto el valor arquitectónico de este lugar, dejando atrás la exclusividad del “Rat Pack”. Frank Sinatra, Lauren Bacall o Katharine Hepburn en su día podrían haber sido tus vecinos y ahora quizá te toque cerca de Leo Di Caprio, Sia o Ryan Gosling, que tampoco está mal.
Palm Springs vive un auténtico boom inmobiliario con la oleada de familias jóvenes que han ido poco a poco haciéndose con el territorio. La localidad más hippie de Estados Unidos (eso dicen los propios americanos) ha aumentado el metro cuadrado de su vivienda en un 10%, convirtiéndose así en el nuevo capricho hipster de América. Las esferas del arte y el diseño también caen rendidas al encanto del icono arquitectónico. Es el caso de Nicolas Ghesquière, director creativo de la firma Louis Vuitton, que decidió echar mano de la impresionante casa futurista del actor Bob Hope en Palm Springs para uno de sus desfiles más emblemáticos. La casa en cuestión, tiene la forma de un enorme volcán, las formas redondeadas del arquitecto John Lautner fueron supervisadas de cerca por Hope y su mujer Dolores, que por cierto tienen una historia muy singular en Hollywood y en la vida en general: se casaron a los dos meses de conocerse y estuvieron 69 años juntos. El actual dueño de la casa, ha hecho una reestructuración con la arquitecta Helena Arahuete que ha tenido como premisa mantener intacta la esencia de la vivienda.
Quizá sea ese el encanto que reside en las cosas auténticas: Renovarse sin vender tu alma al diablo.
La estética es una de las premisas que Concept Hotel Group lleva por bandera: el estilo art decó (Paradiso), la película “Cocktail” y sus ochenteros colores vivos (Tropicana), la nostalgia romántica de Cuba (Cubanito), el rock mezclado con la brisa marina de Ibiza (Santos y Dorado) y el charm de los moteles del amor de la ruta 66 con un toque de glamour (Romeo’s).